sábado, noviembre 28, 2009

EL PARACAIDAS

Como todas las cosas que parecen extrañas, el nacimiento del paracaídas suele situarse en China, donde aparentemente se realizaban saltos desde una torre con algo similar a un paraguas.
El siguiente antecedente comprobable aparece en Milán. Leonardo da Vinci entre sus múltiples inventos muestra el primer diseño grafico de un paracaídas de forma piramidal. En el año 852 se registra que otro inventor, el árabe Abulqásim Abbás Ibn Firnás realiza en Córdoba, España el primer salto desde una torre, ayudado de una enorme lona, sufriendo algunas heridas.

El hombre tendrá que esperar casi 800 años, para que los intentos se reinicien. En 1617 Fausto de Veranzio (croata veneciano), después de examinar los bocetos de da Vinci, construye su propio paracaídas de forma rectangular, sujetándolo al cuerpo por medio de cuatro líneas en forma de arnés, al que llamó Homo Volans (el volador) y salta desde una torre. Esto lo había presentado veinte años antes en su libro "Machinae Nova". Sin embargo es al francés Louis-Sébastien Lenormand a quien se atribuye el primer descenso observado con un paracaídas, al saltar en desde la torre de Montpellier frente a una multitud en 1783, utilizando un paracaídas de 14 pies con un marco de madera rígida, además se considera que él creó el término parachute (del griego para - "En contra", y el francés chute - "Caída"), en español: paracaídas. En 1785 otro francés, Jean Pierre Blanchard, construyó el primer paracaídas para empacar con cúpula de seda, dejando caer un perro desde un globo.

Pero es al frances André Jacques Garnerin (1769 - 1823) al que se considera como el primer paracaidista de verdad. El 22 de octubre de 1797, hace su primer salto de exhibición desde un globo de hidrógeno a 350 m de altitud sobre París, Francia, con miles de personas observándolo en el parque Monceau, utilizando un paracaídas hecho de seda y el que tenía un poste de sostén del que pendía una cesta, la que oscilaba violentamente como péndulo de reloj porque el paracaídas no tenía orificios de ventilación, y el aire debía escapar por un lado y después por el otro. Garnerin realizó numerosos saltos, entre ellos uno de 8.000 pies de altura (aproximadamente 2.430 metros) sobre Londres con un paracaídas con campana de seda de unos 7 metros de diámetro. En 1804, Jerôme Lalande, que había visto los saltos de Garnerin ideo la válvula o abertura superior, con lo que consiguió reducir las oscilaciones.

La esposa de Garnerin, Genevieve Labrosee fue la primera mujer en saltar en paracaídas, en el año 1798 y su sobrina Elisa saltó 40 veces entre 1815 y 1836.

En 1808, Judaki Kuparento es el primer hombre que usa el paracaídas como salvavidas, saltando sobre Varsovia desde su globo que se estaba incendiando. Pero en 1837, Roberto Cocking es victima del primer accidente fatal en la historia del paracaidismo, al saltar desde 5.000 pies con un paracaídas que había construido en forma de cono invertido.

En 1885, Thomas Balwing inventó el arnés.

Sobre el primer salto desde un avión en vuelo, existen dos versiones, una señala a Grant Morton como el primero, y la otra menciona al Capitan Albert Bery, del Ejército de los Estados Unidos, con el primer descenso exitoso desde un avión el 1° de marzo de 1912. La primera caída libre, es con un salto de apertura retardada en 1914.

El paracaídas más conocido es el redondo y fue el más usado durante el siglo XX; es un velamen con forma de paraguas utilizado para reducir la velocidad de una persona o un objeto que cae por el aire, siendo capaz de sostener importantes pesos. Inicialmente se fabricaba con seda, pero a mediados de la Segunda Guerra Mundial cuando las principales zonas productoras de seda estaban en poder del Japón, los aliados los construyeron de nylon.

Los paracaídas triangulares o en forma de delta se inventaron a mediados de los 1950 como paracaídas direccionables, utilizándose posteriormente para aterrizajes de las cápsulas espaciales del programa Gemini estadounidense a mediados de los 1960s. Los paracaídas rectangulares que poseen bastante capacidad de planeo y dirección fueron inventados durante la Guerra Fría para permitir operaciones sorpresivas de las fuerzas comando.

Un paracaídas de uso normal es un velamen de 7,3 m de diámetro, construido con cerca de 25 paneles de nylon o seda. En la parte superior tiene un pequeño agujero en el centro, unido por bandas elásticas, el cual al abrirse el paracaídas permite la salida del aire, minimizando el campaneo durante el descenso. Las líneas o cuerdas del paracaídas están unidas a las costuras de los paneles, conectándose en sus extremos a dos aros metálicos, los cuales se unen al arnés. El arnés es una estructura resistente, también de nylon, que pasa sobre los hombros, alrededor del cuerpo y entre las piernas. El paracaídas se dobla de forma compacta guardándose en una bolsa de lona, esta se ha diseñado para que se abra de un solo golpe con la ayuda de unas bandas de goma y cintas de algodón que son tiradas por una cuerda de cierre denominada cordón de apertura o cinta estática. Los paracaídas de apertura manual utilizados para salto libre también están equipados con otro de menor tamaño, que sale despedido del paquete al tirar del cordón de apertura y que arrastra al paracaídas principal, ayudados por unos resortes metálicos.

El diseño de los paracaídas ha sido mejorado a través del tiempo, controlando la velocidad de descenso, el efecto del viento y manteniendo la estabilidad según el peso y la forma del objeto que transportan. Otros paracaídas especiales se utilizan para decelerar naves espaciales, cohetes experimentales, aviones y coches deportivos.

Los paracaídas deportivos son rectangulares o de forma elíptica con dos capas de tela, una superior (extrado) y otra inferior (intrado) unidas en segmentos verticales de tela que separan el ala en celdas. La mayoría de estos son de 9 o 7 celdas. Una variedad de alto performance son los llamados "Cross Braced", donde cada celda es subdividida. Por el lado frontal (borde de ataque) existen bocas que permiten al paracaídas llenarse de aire y ponerse rígidas formando el ala en si. La parte posterior (borde de fuga) está cerrada para impedir la salida del aire. Se construyen en dos tipos de tela que pueden ser combinadas: la F-111 o porosa y la ZP o de cero porosidad. Los conductores son las cuerdas o líneas que el paracaidista sujeta con la mano y jala cambiando el ángulo posterior izquierdo o derecho del paracaídas; jalando los dos al mismo tiempo el paracaídas frena su velocidad horizontal y vertical por breves momentos antes de entrar en pérdida o "stall". En los paracaídas de alto performance el tirar los dos conductores al mismo tiempo cuando el paracaídas avanza a máxima velocidad puede producir incluso el ascenso del ala y el paracaidista. Los principios de los paracaídas de salto B.A.S.E. y tandem son los mismos pero con las variantes necesarias.

Un paracaidista se lanza desde el avión uniendo el cordón de apertura al mismo, y tras un intervalo de 3 segundos el paracaídas se abre. Esto permite al paracaidista alejarse lo suficiente del avión, lo que le asegura que este no estorbe la apertura del paracaídas. Una vez abierto, se desciende a unos 5,2 metros por segundo, llegando al suelo con un impulso menor que si hubiera saltado desde una altura de 3 metros.

En la II Guerra Mundial, se generalizó el uso de paracaídas por cuerpos especiales militares, los que eran lanzados desde aviones de transporte. En muchas ocasiones la altura de vuelo era pequeña y se usaban paracaídas que se abrían automáticamente al saltar mediante grandes cintas unidas al avión de transporte. En esta misma guerra se empiezan a utilizar para dejar caer equipo pesado, como tanques, camiones y cañones. La tela de un paracaídas de equipamiento pesado puede llegar a medir hasta 30 m de diámetro.