Ayer era domingo, casi un domingo como cualquier otro, sin nada importante que pareciera opacarlo, así que decidí que había que hacer algo especial como ir al centro de esta ciudad enclavada en la parte más candente del tabasqueño Tropico Humedo Mexicano, sentarme a tomar un café, leer el periodico y ver a las muchachas pasar, creo que la mejor idea era la útima, es imposible dejar de reconocer que aqui la tierra es prodiga y productiva, siempre verde, y creo que eso hace que la mujer sea increible en su ser y su hacer, vestidas ligeramente con saldalias, minis, blusillas cortas y coquetas, pantalones ajustados ¡vaya! ¡todo eso que hace ser a una mujer increiblemente atractiva en esta tierra caliente! ¡la hace ser, con el debido respeto, todo un gran espectaculo! Llegué a la cafetería y escogí una buena mesa, una de esas desde donde se puede ventanear en trecientos sesenta grados, me senté, pedí el café, abrí el periódico y empezaron las amarguras con las primeras notas leidas. Aun no me explico a que se juega en mi país, lo conozco, sí, pero porque amargar una buena mañana de un hombre de trabajo que en su día de descanso tiene que empezar por preguntarse porque sucede esto. No es que ahora al empezar quisiera hablar de politica, esa no es la idea, pero por un lado veo a un presidente que no mueve un dedo, por el otro un candidato perdedor que intenta hacerse ganador a como de lugar y por el otro un candidato ganador que se calla la boca y entonces aunque me suene mal, termino diciendome que extraño al PRI, cuando menos los tenía quietos, el presidente en turno sabía como controlar a su gente, lastima que Madrazo haya recibido semejante idem, pero ni modo, todo se gana y el se la ganó. La ventana casi perdio el interes ofrecido, bueno casi, porque aun en el intento de organizar ideas, despues de encontrarme con las malas notas del Medio Oriente y enterarme de que ya tambien aqui es tierra de peleas y tiroteos entre narcos; el paisaje no dejaba de ser bello, muy bello en momentos, viendo pasar a la morenilla de pelo crespo y curvas ondulantes a la que parecía que el pantalón se lo habían pintado, de tan ajustado y que no permitia una sola arruga, o la niña de piernas blancas pero a la vez doradas por el sol, resaltaldo su gracia por esa increible minifalda de mezclilla, soportandose en esas sencillisimas sandalias planas de dos tiras, ¡vaya! más valía olvidar las penas, cerrar el periódico, acompañar el café con un cigarrillo y olvidar el mundo. Por eso hoy, gracias mujer por ser y existir, que sin importar tu edad, eres el centro del mundo, haciendonos olvidar que el mañana volverá a ser dificil.